El cielo y el
infierno
Por:
Luis Esteban Santos Rodríguez
Teología /1
El catecismo me enseñó, en la infancia, a hacer el bien
por conveniencia y a no hacer el mal por miedo. Dios me ofrecía castigos y
recompensas, me amenazaba con el infierno y me prometía el cielo: y yo prometía
y creía.[1]
Una
batalla milenaria fue desencadenada quizá desde que el hombre cobró para si su
propia conciencia, entonces, el bien y
el mal iniciaron una infinita controversia
que va de lo moral a lo celestial ¿Qué significado tiene para cada uno el cielo
o el infierno?
Más allá de la religión o
del libre albedrio emocional el cielo y el infierno son para muchos el destino
final de las personas aún y cuando
exista para muchos el purgatorio de por medio.
Ampliamente representados a
lo largo de la historia de la humanidad el cielo y el infierno han tomado forma
en numerosas obras literarias, esculturales o pictográficas, han sido el eje central
de interminables conversaciones que
evocan sueños, pesadillas o simplemente momentos de la vida que pierden continuidad
y se arraigan en la memoria de quien los quiere recordar a perpetuidad y se
siente como en el cielo o intentan
olvidar en el momento en el que lo
recuerda y se piensa que ya no es necesario ir al infierno porque parece estar
en él. Así es como
el cielo y el infierno han pasado a
formar parte de la vida cotidiana del hombre a través de los tiempos. ¿Qué
representa para la humanidad del cielo y el infierno?
Aristóteles, Platón, Da Vinci,
Dante, son sólo algunos nombres de grandes celebridades que dedicaron gran
parte de su tiempo en definir, describir o tratar de interpretar el significado
que estas dos grandes vertientes nos arrojan y lo que vienen a representar.
¿Dónde están? ¿Dónde queda
el cielo o el infierno?
El
espacio físico que pudiera representar el cielo es simplemente inconmensurable,
quizá es por eso que esta estrechamente ligado con la eternidad y por la pura
simpleza de su definición es muy fácil encontrarlo, bastará con levantar la
vista y ahí está en el azul cielo o quizá en un negro profundo o nublado o estrellado etc. Pero ahí está y nos muestra
tantas imágenes tan diversas y espectaculares que resulta casi imposible
desligarlo de la divinidad o de la grandeza de algún Dios; cualquiera (no
quiero limitar este texto para unos cuantos). El caso es que ahí ha estado
desde que yo naci y desde que apareció el primer hombre sobre la faz de la
tierra seguramente el cielo ya estaba con su sol, sus estrellas, su luna, sus nubes,
así completito, a lo mejor menos brumoso que el de ahora pero ahí estaba y
seguramente desde entonces como ahora se había ido identificando como la
residencia de Dios; como la mayoría de las religiones lo ubican. Por lo tanto
una definición simple del cielo podría ser: La infinita presencia de lo
majestuoso que habita sobre la tierra y cubre cada espacio de esta.
El
infierno sin embargo es más complejo, aun pasando por alto esa imagen que a la
mayoría nos viene como una perpetua sala de castigos a donde van a parar los
malos. Su ubicación según su propia definición es al contrario del cielo, hacia
abajo; no hacia el sur, sino hacia abajo, me imagino que dirigiéndose hacia el
centro de la tierra, cuyo máximo líder vendría siendo el Diablo, Lucifer, Satanás,
etc. Al que le tocó por así decirlo la casa más fea, y sin embargo es la más
próxima a la tierra, porque si lo pensamos bien, pues se encuentra dentro de la
tierra misma, es decir, podría estar en el mismo lugar donde vivimos, pero más
abajo, no se precisa con exactitud a qué distancia pero lo mismo pasa con el
cielo, nadie sabe tan precisamente que distancia hay que elevarse para
alcanzarlo. Por cierto que me parecería maravilloso que existieran algunos
letreros como los que se colocan en las carreteras y que delimitan el fin y el
principio de un lugar; entiéndase por lugar un pueblo, una ciudad o un país, es
decir me parecería muy bueno encontrar: FINALIZA EL ESPACIO TERRESTRE Y COMIENZA EL CIELO o quizá BIENVENIDO AL SIETE MIL VECES HERÓICO CIELO, UN LUGAR GLORIOSO PARA
VIVIR. CON UN NUMERO INCONTABLE DE HABIRANTES, y luego ver de vuelta el
letrero que diga: VUELVA PRONTO o GRACIAS POR SU VISITA, aunque pensándolo
bien éste sería un anuncio inútil porque teóricamente nadie puede ir y
regresar. Y lo mismo para el infierno quizá con otra tipografía pero con
señalamientos y todo; así encontrarían el camino rapidamente los que ocasionalmente
me hacen enfadar.
Más allá de todo, el cielo
y el infierno o el infierno y el cielo son dos puntos equidistantes que emergen
casi siempre al unísono sobre todo para confortar o exaltar la espiritualidad
en los seres humanos además de que son y seguirán siendo la mayor referencia
que existe entre el bien y el mal.
[1] Eduardo Galeano; El
libro de los abrazos
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