jueves, 29 de noviembre de 2012

El cielo y el infierno


El cielo y el infierno

Por: Luis Esteban Santos Rodríguez

Teología /1
El catecismo me enseñó, en la infancia, a hacer el bien por conveniencia y a no hacer el mal por miedo. Dios me ofrecía castigos y recompensas, me amenazaba con el infierno y me prometía el cielo: y yo prometía y creía.[1]


 
Una batalla milenaria fue desencadenada quizá desde que el hombre cobró para si su propia conciencia,  entonces, el bien y el mal iniciaron  una infinita controversia que va de lo moral a lo celestial ¿Qué significado tiene para cada uno el cielo o el infierno?


 
Más allá de la religión o del libre albedrio emocional el cielo y el infierno son para muchos el destino final de las personas aún y cuando  exista para muchos el purgatorio de por medio.


 
Ampliamente representados a lo largo de la historia de la humanidad el cielo y el infierno han tomado forma en numerosas obras literarias, esculturales o pictográficas, han sido el eje central de interminables conversaciones que  evocan sueños, pesadillas o simplemente momentos de la vida que pierden continuidad y se arraigan en la memoria de quien los quiere recordar a perpetuidad y se siente como en el  cielo o intentan olvidar en el momento en  el que lo recuerda y se piensa que ya no es necesario ir al infierno porque parece estar en él. Así es como el cielo  y el infierno han pasado a formar parte de la vida cotidiana del hombre a través de los tiempos. ¿Qué representa para la humanidad del cielo y el infierno?


 
Aristóteles, Platón, Da Vinci, Dante, son sólo algunos nombres de grandes celebridades que dedicaron gran parte de su tiempo en definir, describir o tratar de interpretar el significado que estas dos grandes vertientes nos arrojan y lo que vienen a representar.


 
¿Dónde están? ¿Dónde queda el cielo o el infierno?

 
 
El espacio físico que pudiera representar el cielo es simplemente inconmensurable, quizá es por eso que esta estrechamente ligado con la eternidad y por la pura simpleza de su definición es muy fácil encontrarlo, bastará con levantar la vista y ahí está en el azul cielo o quizá en un negro profundo o nublado o  estrellado etc. Pero ahí está y nos muestra tantas imágenes tan diversas y espectaculares que resulta casi imposible desligarlo de la divinidad o de la grandeza de algún Dios; cualquiera (no quiero limitar este texto para unos cuantos). El caso es que ahí ha estado desde que yo naci y desde que apareció el primer hombre sobre la faz de la tierra seguramente el cielo ya estaba con su sol, sus estrellas, su luna, sus nubes, así completito, a lo mejor menos brumoso que el de ahora pero ahí estaba y seguramente desde entonces como ahora se había ido identificando como la residencia de Dios; como la mayoría de las religiones lo ubican. Por lo tanto una definición simple del cielo podría ser: La infinita presencia de lo majestuoso que habita sobre la tierra y cubre cada espacio de esta.


 
El infierno sin embargo es más complejo, aun pasando por alto esa imagen que a la mayoría nos viene como una perpetua sala de castigos a donde van a parar los malos. Su ubicación según su propia definición es al contrario del cielo, hacia abajo; no hacia el sur, sino hacia abajo, me imagino que dirigiéndose hacia el centro de la tierra, cuyo máximo líder vendría siendo el Diablo, Lucifer, Satanás, etc. Al que le tocó por así decirlo la casa más fea, y sin embargo es la más próxima a la tierra, porque si lo pensamos bien, pues se encuentra dentro de la tierra misma, es decir, podría estar en el mismo lugar donde vivimos, pero más abajo, no se precisa con exactitud a qué distancia pero lo mismo pasa con el cielo, nadie sabe tan precisamente que distancia hay que elevarse para alcanzarlo. Por cierto que me parecería maravilloso que existieran algunos letreros como los que se colocan en las carreteras y que delimitan el fin y el principio de un lugar; entiéndase por lugar un pueblo, una ciudad o un país, es decir me parecería muy bueno encontrar: FINALIZA EL  ESPACIO TERRESTRE Y  COMIENZA EL CIELO o quizá BIENVENIDO AL SIETE MIL VECES HERÓICO CIELO, UN LUGAR GLORIOSO PARA VIVIR. CON UN NUMERO INCONTABLE DE HABIRANTES, y luego ver de vuelta el letrero que diga: VUELVA PRONTO o GRACIAS POR SU VISITA, aunque pensándolo bien éste sería un anuncio inútil porque teóricamente nadie puede ir y regresar. Y lo mismo para el infierno quizá con otra tipografía pero con señalamientos y todo; así encontrarían el camino rapidamente los que ocasionalmente me hacen enfadar.


 
Más allá de todo, el cielo y el infierno o el infierno y el cielo son dos puntos equidistantes que emergen casi siempre al unísono sobre todo para confortar o exaltar la espiritualidad en los seres humanos además de que son y seguirán siendo la mayor referencia que existe entre el bien y el mal.


 

[1] Eduardo Galeano; El libro de los abrazos

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